“Que florezcan mil flores”.
El viernes 26 de noviembre, en simultáneo en todo el país.
Habrá espectáculos musicales y foros sobre política, cultura y juventud.
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En las ciudades de Buenos Aires, San Juan, Corrientes, San Miguel de Tucumán y Villa María, por la tarde habrá foros abiertos al público para reflexionar sobre el rol de la cultura y la juventud en el proyecto nacional. Además, desde las 20 y hasta la medianoche, El Otro Yo, Los Parraleños, Víctor Heredia, La Bomba de Tiempo, Bruno Arias, Moris, Rancheros, Súper Ratones y otros artistas y personalidades de la cultura y la juventud, ofrecerán recitales.
Néstor Kirchner será recordado por muchas cosas, pero seguramente su mayor contribución a la profundización de la democracia en la Argentina, fue haber abierto de nuevo las puertas a la militancia y a la participación popular.
Miles y miles de jóvenes de todo el país volvimos a creer que se podía, que valía la pena participar para cambiar la realidad.
Desde el comienzo, avisó que “no iba a dejar sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada”, promesa que parecía una quimera a la luz de la profunda crisis de credibilidad en la que estaban sumergidas la política y sus dirigentes tras la década del 90 y la crisis del 2001.
Pero cumplió. Y nosotros volvimos a confiar.
La recuperación de la voluntad política, la revalorización de lo público y la reconstrucción del Estado, enamoraron a una generación de jóvenes que habíamos crecido al calor de sucesivas frustraciones. La aparición de su refrescante liderazgo puso la política y, a través de ella, a la economía, al servicio de las mayorías.
Un conjunto de acciones orientadas a recomponer la dignidad de los más desprotegidos fueron dibujando los contornos de la caja de resonancia donde nuestra participación como jóvenes empezaba a tener otro sentido. Por primera vez, intuíamos que era posible hacer un aporte para construir una Argentina más justa y más soberana.
La derogación de la leyes de impunidad, el juicio a los genocidas de la dictadura, la jerarquización de la Corte Suprema, la incorporación de más de 2 millones de jubilados a la seguridad social, la recuperación de las paritarias, el no al ALCA y la apuesta por la integración con nuestros hermanos latinoamericanos, la asignación universal por hijo, la recuperación de los fondos jubilatorios y la sanción del matrimonio igualitario, entre otras políticas de ampliación de la frontera democrática, irrumpieron en la escena política y fundaron en la Argentina un nuevo paradigma: era posible escribir un capítulo diferente en nuestra historia si había voluntad y decisión de hacerlo a favor de los sectores populares.
En el campo cultural, la economía neoliberal había reducido a la condición de mera mercancía toda expresión artística, reduciendo el valor transformador que ejerce sobre la sociedad. Néstor, sabedor de estas ataduras, encaró junto a Cristina lo que llamó “la madre de todas las batallas”: la pelea por una ley de radiodifusión de la democracia que permitiera visibilizar, reconocer y celebrar la diversidad cultural de nuestro pueblo.
Construidos los cimientos de esta nueva Argentina, es tiempo de que como generación nos hagamos cargo. Que asumamos en primera persona el rumbo de nuestro destino. Somos futuro, pero también somos presente.
Nuestra historia está poblada de otras generaciones que han sido protagonistas de su tiempo. Muchas, y las más valiosas, comprometidas con el destino y la suerte de las mayorías. Néstor ha retomado lo mejor de esas tradiciones y ha dejado una huella que nosotros debemos transitar para profundizar las transformaciones en marcha.
Es el momento de tomar la palabra, levantar las banderas y avanzar.
Este espacio que hoy inauguramos, compuesto por los referentes en cultura de una multitud de organizaciones del campo popular, aspira a sumar su aporte a este camino que transitamos millones. Estamos convencidos de que los cimientos de esta Argentina de pie hunden sus raíces en una nueva forma de entender la cultura: como una herramienta de transformación social, al servicio de los hombres y del pueblo. Y ya no como una mera manifestación artística para el goce de las elites.
Para construir un proyecto cultural exitoso, debemos defender y profundizar este proyecto de país inclusivo, igualitario y plural. Esa es la garantía de una patria para todos y todas, que reivindique con orgullo nuestra identidad nacional y latinoamericana.
Y es, en definitiva, el mejor homenaje que podemos hacerle a Néstor y la mejor manera de acompañar a Cristina, nuestra Presidenta.
Néstor vive en nosotros.
Todos con Cristina.